democratizar políticos, partidos y reglamentos
by
Pau Miserachs
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dijous, 15 d’agost del 2013 /
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demócratas de verdad,
políticos honestos,
transparencia
Que España es un Estado que evolucionó de la dictadura a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco es una verdad incontrovertible. Pero la evolución fue promovida mediante una reforma legal hecha por los mismos actores de la dictadura que sobrevivieron al dictador. Procedentes de la dictadura fueron los primeros gobernantes de la neonata democracia española. España en definitiva se hizo democrática formalmente con muy pocos demócratas en la política. El régimen franquista ya se había ocupado de eliminar de todo posible acceso al poder a todos aquellos que querían la ruptura e instaurar una democracia dirigida por un consejo representativo de la oposición. El primer pacto entre régimen saliente y oposición democrática fue el mantenimiento de la Monarquía. Comunistas y socialistas renunciaron a sus reivindicaciones republicanas, se habló de una democracia de nuevo cuño y solo se impidió la legalización de Esquerra Republicana de Catalunya para las elecciones de 1977. Ahorta, pasados treinta años los medios informativos y los analistas descubren que se hizo una democracia sin demócratas porque los partidos no son demócratas, porque la mayoría de las personas que se incorporaron a la acción política o fueron representativas de las clases asentadas en el poder social o vieron una oportunidad única de disponer de poder y de medios de fortuna. Fueron estos novísimos políticos los que, ayudados por los tránsfugas del franquismo, se ocuparon de desplazar todas las vocaciones honestas posibles. Había que crear una democracia dirigida desde las cúpulas de los partidos, un sistema más presidencial que parlamentario, el Decreto Ley como forma habitual de dictar las Leyes. Un Reglamento parlamentario restrictivo de los derechos, comisiones, debates y acciones parlamentarias para evitar el debate real y profundo en base al uso del tiempo. Los partidos y los dirigentes ha huido de la transparencia democrática. Hay pues que proteger a la democracia de esos políticos, de líderes irresponsables y de políticos caza votos profesionales, los de la foto y la frase conveniente en el momento adecuado. iluministas, ineficientes, corruptos y autoritarios. Mantener organizaciones y dirigentes no democráticos en una democracia es mantener la corrupción y la herencia autoritaria que muchos quisimos ver desaparecer en 1977. Hay que acabar con la practica corrupta, el abuso de la impunidad y la intolerancia como practicas habituales de gobierno. Es inadmisible que en la actualidad puedan seguir existiendo partidos de práctica no democrática discutiendo espacios de poder y medidas de gobierno en nombre de un interés general que no representan una vez consolidado el resultado electoral pues incumplen sistemáticamente los programas electorales y de gobierno. Acabar con el desprestigio actual de la política exige que en la política operen políticos demócratas de verdad, responsables y honestos, transparentes en su gestión y contando con la intervención responsable del pueblo al que deben servir. El debate, el respeto, la tolerancia,. la comprensión y el diálogo deben ser la ley natural de la democracia a implantar en España
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